LA TRADICIÓN FRANCISCANA DE LA HOSPITALIDAD
Las Escrituras nos llaman a acoger al extranjero ya cuidar con justicia a los necesitados. “No trataréis al extranjero que resida con vosotros diferente de los naturales nacidos entre vosotros; amarás al extraño como a ti mismo; porque también vosotros en otro tiempo fuisteis forasteros en la tierra de Egipto. Levítico 19:34 ““Defiende al humilde y al huérfano; hacer justicia a los afligidos y necesitados. Rescata a los humildes y a los pobres…” Salmo 82:3-4a “Sé generoso en ofrecer hospitalidad.” Romanos 12:13
San Francisco de Asís eligió vivir como un hombre pobre para cuidar a los pobres de su tiempo. Esto incluía a los enfermos, los leprosos y los rechazados por otros.
SEGUIR FOMENTANDO UN AMBIENTE DE HOSPITALIDAD
En ese espíritu brindamos hospitalidad franciscana a una variedad de personas.
- Grupos e individuos que buscan un lugar para retiros dirigidos por los frailes o por sus propios líderes.
- Grupos religiosos y sin fines de lucro que buscan un lugar acogedor para oración, conferencias u otras reuniones.
- Aquellos que viven fuera de la ciudad y necesitan un lugar donde quedarse mientras reciben tratamiento médico localmente.
- Aquellos que son refugiados y necesitan un lugar temporal, especialmente familias que tienen permiso para solicitar asilo y quieren ayuda para llegar a sus familiares o patrocinadores en los EE. UU.
- Aquellos que están en peligro inminente de deportación y están tratando de mantener unida a su familia.
- Quienes buscan la ayuda de un programa de 12 pasos para lidiar con la adicción (domingos a las 16:30 horas en la biblioteca)
- Individuos que necesitan una noche o dos en transición.
- Visitas a dos cárceles cada mes para ofrecer confesiones, celebración de la Eucaristía y esperanza a los presos que no pueden viajar a visitar a ningún lado.
De esta manera, ofrecemos un servicio directo a los necesitados, al mismo tiempo que trabajamos con grupos para promover la justicia y cambiar los sistemas, como un grupo de organización comunitaria local llamado CAFé, que deja a la gente vulnerable y pobre. A menudo, una cálida bienvenida, una persona atenta que escuche, una buena comida y una habitación son muy sanadores para las personas. ¡Piensa en cómo puedes promover la justicia, ofrecer una forma de hospitalidad tú mismo o unirte a nosotros en nuestra Hospitalidad Franciscana!
